Aunque parezca inverosímil para algunos fabricantes, el éxito o fracaso de un producto radica muchas veces en su presentación. Y es que usualmente los compradores primerizos no tienen el tiempo o la comprensión para sopesar las ventajas y desventajas de un producto. Si el empaque o etiqueta no genera un estímulo positivo, probablemente opten por otro de la competencia.
Es por ello que a nuestros clientes les hacemos mucho énfasis en lo siguiente. El empaque es tan esencial como el producto en sí. Y tanto las cajas como las etiquetas son una herramienta potente para resaltar entre la multitud.
Si has visitado una tienda en búsqueda de chocolates, los primeros que captarán tu atención tendrán las presentaciones más llamativas. La caja del producto, con la elaboración adecuada, puede marcar una gran diferencia en su alcance.
La experiencia del usuario es una de las razones por la cual Apple invierte tanto para que el unboxing de su iPhone sea tan atrayente. Por otro lado, un mal empaque hará que tus clientes potenciales ignoren el producto, sin importar cuán bueno sea.
La originalidad del empaque vs. la claridad informativa
Si el empaque es único, ciertamente atraerá al público e influirá en su decisión de compra. Sin embargo, la originalidad del empaque no debe mermar su practicidad y facilidad de uso. La caja debe diseñarse teniendo en cuenta el propósito del artículo. De lo contrario dará de qué hablar, pero no ayudará a cerrar el proceso de compra.
Como bien indicamos anteriormente, los envases atractivos generan la atención del consumidor al romper el caos competitivo. La vistosidad del diseño tiene un impacto tangible, inclusive en productos con menores niveles de participación dentro del mercado.
No obstante, los elementos informativos son cada vez más importantes e influyen en la elección. Según un estudio publicado por la British Food Journal, se comprobó que los usuarios tienden a juzgar al final el rendimiento de los productos alimenticios leyendo su etiqueta.
La información proporcionada en la caja ayuda en su proceso de selección entre una opción A y B. Pero, ¿a qué se debe esto? ¿Por qué debe haber un balance entre originalidad y contenido?
Debemos tomar en cuenta que los datos proporcionados al usuario reducen su incertidumbre y refuerza la credibilidad a un producto. Claramente, la originalidad del empaque es una herramienta de marketing clave para los productos. Aunque, otros elementos estimulan las decisiones de compra de manera diferente.
La evaluación por parte del consumidor de los elementos del empaque evoluciona en la medida que interactúa con la caja. Y los especialistas en marketing deben conocer la importancia de los diversos atributos para comunicarse mejor a través de la imagen. Por ende, es fundamental combinar la originalidad con elementos visuales, gráficos y contenido de valor.
Si el empaque se ve bien, hay mayores posibilidades que las personas inviertan más tiempo evaluando el producto. Esto ayudará a posicionarse en un mercado cada vez más competitivo.
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